Cuando se embarcan en un proyecto de compra de un inmueble, los futuros propietarios legítimamente se centran en redactar su expediente y su solicitud de préstamo, así como en elegir su futura vivienda.
Pero a la hora de dar el paso y comprar un inmueble, también hay que tener en cuenta ciertas dificultades que pueden poner en duda el proyecto.
Bienes a dividir en caso de divorcio
La revista Capital enumera así los principales “duros golpes” que pueden sufrir los propietarios, después de haber adquirido su vivienda, y que constituyen separaciones, pérdida de empleo o la muerte de su coprestatario.
En cuanto al divorcio, obligará tanto a los propietarios como a los cónyuges a “liquidar la comunidad conyugal”.
En otras palabras, todos los bienes propiedad de la pareja deben compartirse por igual. Para lograr esta partición, la propiedad debe ser revendida o comprada a medias por uno de los dos propietarios.
En caso de que se revenda el inmueble, se deberá pagar al notario una tasa de “participación”, equivalente al 1,10%.
También se sumará el pago de una posible plusvalía, si el inmueble es una segunda vivienda.
Hacer frente a los pagos mensuales en caso de desaparición
Ciertos accidentes de vida también pueden obligar a los propietarios a revender su propiedad prematuramente.
En caso de desaparición de uno de los dos coprestatarios, el cónyuge supérstite puede efectivamente enfrentarse a la necesidad de vender su vivienda, al no tener capacidad para hacer frente a los pagos y cargas mensuales.
El seguro del prestatario, obligatorio en la compra de bienes inmuebles, debe cubrir la desaparición de uno de los cónyuges, cubriendo los pagos mensuales restantes.
Sin embargo, pueden existir ciertas excepciones en esta cobertura, que también se calcula en base a la cobertura adquirida inicialmente.
En el caso de que los prestatarios hayan contratado un seguro 50-50, la mitad del pago mensual seguirá siendo responsabilidad del cónyuge supérstite, como señala Capital.
Por tanto, para reducir el importe de la cuota mensual será conveniente contratar un seguro al 75%, o incluso al 100%, pero estos niveles más elevados de cobertura implican también un mayor coste del seguro.
La cobertura por pérdida de empleo es cara
El capital también destaca las dificultades que pueden surgir en caso de pérdida del empleo. El seguro para prestatarios puede cubrir estas situaciones de pérdida del empleo, pero su coste suele ser bastante elevado y no necesariamente son accesibles para todos los prestatarios.
Además, la cobertura que ofrecen estos seguros a menudo sólo prevé un período de cobertura de 12 meses, por un importe cubierto que no necesariamente corresponderá a la totalidad del pago mensual.
Ante estos obstáculos, algunos propietarios se verán obligados a vender sus viviendas.












