Fotos idílicas de fiestas de cumpleaños perfectamente organizadas, comidas caseras o niños siempre sonrientes… Instagram ofrece multitud de cuentas de padres que parecen tener el control de la situación en todas las circunstancias. Pero no me malinterpretes.
Las fotografías están cuidadosamente filtradas y a menudo muestran sólo los aspectos más positivos de la crianza de los hijos. Sin embargo, este paraíso filtrado puede crear una enorme presión, porque empuja a la comparación. De repente, nos sentimos obligados a estar a la altura de estos estándares poco realistas. “Es importante ser conscientes de que estas imágenes son inaccesibles porque son irreales”subraya Marion Iñigo, psicóloga de Montauban.
Detrás de cada fotografía se esconde una realidad mucho más compleja. Los momentos difíciles, los llantos en el transporte público nunca se muestran. “El problema es que estas imágenes pueden imponerse como referencia, como estándar para lograrcontinúa el psicólogo. Esta comparación constante puede convertirse rápidamente en ansiedad, especialmente cuando nos sentimos impotentes para alcanzar estos estándares poco realistas”.
Educación positiva y presiones sociales
Hoy en día, la crianza positiva se promueve ampliamente como un método ideal para criar a los niños en un entorno afectuoso. Si bien este concepto puede ofrecer soluciones muy beneficiosas, también puede generar altas expectativas sobre cómo se maneja cada situación.
La ansiedad surge del hecho de que constantemente nos sentimos fracasados si no logramos encarnar esta paternidad perfecta y afectuosa en cada momento.
Oro “ser buen padre no significa ser perfecto”recuerda Marion Iñigo. “Se trata sobre todo de escuchar las necesidades de tu hijo, cuidando al mismo tiempo de las tuyas propias. Esto incluye a veces momentos de tensión, errores e imperfecciones. » Sobre todo porque una buena educación no debe excluir el establecimiento de reglas y límites. “Es fundamental tener un marco claro para ofrecer al niño un entorno seguro”ella agrega. Lo que Instagram casi nunca muestra.
¿Cómo dar un paso atrás?
Por eso, ante la presión de las redes sociales, es importante dar un paso atrás. Para hacer esto, recuerde periódicamente que lo que ve en línea es solo una pequeña porción filtrada de la realidad. Limitar su tiempo de exposición a este contenido también puede ayudarlo a reducir el impacto de esta presión. Utilice aplicaciones para ocultar aplicaciones potencialmente problemáticas como Instagram.
También puede resultar útil rodearse de otros padres, ya sea en línea o en la vida real. Los grupos de debate, los foros o las asociaciones sobre paternidad, como la Casa de los Adolescentes o la Unaf, son contactos valiosos para compartir experiencias y tranquilizarse mutuamente. Hablar con otros padres te permite comprender que no estás solo en esta aventura y que cada familia funciona a su manera, con sus desafíos y sus éxitos.
Finalmente, valora a tu propia familia. Cada uno es único y ninguno es perfecto. Lo que importa es encontrar el equilibrio que funcione para usted y su hijo.
Fuente: entrevista a Marion Iñigo, psicóloga en Montauban