Expulsado del programa “Les Enfants de la Télé” hace cuatro meses, partida “con pesar” de Francia Télévisionslanzamiento de su canal de YouTube, tumor… el inicio del curso escolar no ha sido fácil para Laurence Boccolini. Presentadora del juego “Contraseña: el duelo” en France 2, la presentadora se destacó especialmente por ella Presentación de los cinco años del concurso de Eurovisión. junto a Stéphane Bern. Sin ironía, la ex musa de “Weak Link” reveló el honorario que recibió por la presentación del programa musical europeo, visto 20 minutos.
Estas confidencias las hizo delante de Jordan de Luxe en su programa de YouTube, “Le Jet de Luxe”. Interrogado por primera vez por el presentador sobre los salarios en France Télévisions, Jordan de Luxe le preguntó: “¿Está bien pagado?”. Respuesta embarazosa de Laurence Boccolini: “No, es muy…”antes de parar. Pero Jordan de Luxe insiste: “¿En unos 10.000 euros?”. Respuesta ojo por ojo: “Mucho menos”.
Tres días de intenso trabajo
Finalmente, el que también es columnista, acabó dar un numero : “Te quedas allí tres días y la factura es de 6.000 euros”. Una suma nada cómoda, según ella, porque implica “tres días que haces ensayos, estás en una cabina comentando… Es mucho trabajo”. Tras subrayar que no sabía cuánto ganaba Stéphane Bern, su compañero, Laurence Boccolini también le confió a Jordan de Luxe que no sabía si la volverían a llamar para la edición de 2026.
Con Eurovisión, aunque la suma parezca cómoda, este prestigio está lejos ser el mas grande que el anfitrión tocó. En términos más generales, Laurence Boccolini abordó numerosos temas durante más de una hora y media, sin eludir sus relaciones con France Télévisions, indica 20 minutos. En particular, contó cómo al final de la temporada esperó en vano para saber si le renovaban el contrato.
Incluso confesó que se enteró por un SMS de Faustine Bollaert, su sucesora en “Enfants de la Télé”, que iba a ser sustituida. “Ni siquiera me llamó, solo me envió un mensaje de texto (…) diciéndome que lo sentía y que no sabía que no me quedaba nada. Me aseguró su hermandad”. Una palabra que parece ulcerarlo: “Francamente, tenemos que dejar de usar esa palabra”.












