Las restricciones impuestas a los ganaderos en Saboya y Alta Saboya, primeros epicentros de la contagiosa enfermedad de la piel grumosa, fueron levantadas el miércoles, pero cuatro zonas siguen reguladas en Francia y crece la preocupación por la suspensión de las exportaciones de animales vivos.
Esta enfermedad, que no es transmisible al hombre pero que, según los expertos, puede matar al 10% de los rebaños infectados y reducir drásticamente la productividad de los supervivientes, apareció el 29 de junio en Saboya. Desde entonces, 76 de los 88 focos registrados hasta la fecha en 57 explotaciones se han producido en Saboya y Alta Saboya.
Para combatir la enfermedad, el Estado ha restringido drásticamente los desplazamientos de los animales, a veces atrapados en los pastos de montaña, ha hecho obligatoria la vacunación en torno a los focos y ha ordenado el sacrificio total de los focos infectados (unos 2.000 animales). “Gracias a estos esfuerzos conjuntos, se ha detenido la propagación de la enfermedad en Saboya y Alta Saboya”, se felicita el Ministerio de Agricultura, que anuncia el levantamiento de las restricciones en esta zona, aprobadas por la Unión Europea, ante la ausencia de nuevos casos desde hace varias semanas.
Una decisión difícil de tomar
Pero otras regiones han visto aparecer brotes en las últimas semanas y la ministra de Agricultura, Annie Genevard, culpa a los criadores que no han respetado las restricciones de circulación. La enfermedad ya estaba presente en Italia antes de su aparición en Francia, pero desde entonces ha surgido en España, donde se han registrado 17 casos. La ministra anunció la semana pasada la suspensión durante dos semanas de las exportaciones de ganado joven, principalmente enviadas a estos dos países, y España emitió el martes una prohibición similar.
“Estas medidas temporales fueron presentadas” el lunes a la Comisión Europea y a los Estados miembros, que “acogieron con satisfacción estas fuertes decisiones”, subraya el ministerio francés en su comunicado. Pero en Francia, la decisión no es aceptada por todos, especialmente por la poderosa FNSEA.
Tres parlamentarios interrogaron al ministro sobre este tema el martes y el miércoles, preguntándole si estaba prevista una compensación ante el “bloqueo de las ventas”, el riesgo de “baja de los precios” del ganado joven, pero también las insuficientes capacidades de alojamiento en Francia a medida que se acerca el invierno para los cientos de miles de animales que normalmente parten para ser engordados en el extranjero. “Aprecio todas sus dificultades”, respondió Annie Genevard al Senado el miércoles, afirmando que la suspensión temporal había salvado a los criadores de una suspensión “indefinida” impuesta por la UE.












